En los rombos del alambre se posa una libélula
Y he visto a la mariposa pasar de un lado y del otro
Las ramas se trepan aprovechando la geometría
Y la Tacuarita se divierte entre los ángulos
Colocando en ese punto exacto, cada nota de su trino
Y bien podría cantar con ella su pentagrama
Las flores se atreven a abrir sus pimpollos sin
temor al óxido
Porque viven para florecer, no piensan que algo las
impide
Y mi mirada traspasa el alambre, hasta hacerlo
desaparecer
Y aprendo a trascender las formas que en apariencia
se muestran barreras
Pero que en verdad me son fortuna
Como las flores, la libélula, la mariposa y la
Tacuarita, mi deleite es encontrarme
Continuar mi primavera y mis cantares.
(El Alambre - Encuentro Solidario Internacional FUNDAL)